Galletas para los padrinos

Aquí está de nuevo la desaparecida.

¿No os pasa nunca que vais dejando una cosa sin hacer un día, otro día, otro día... y que cuantos más días pasan más pereza te da ponerte a ello? Pues eso me ha pasado a mí últimamente con el blog, estoy pasando por una fase vaga, seguramente el motivo sea éste asco de tiempo que estamos teniendo, ya lo sé no había llovido casi nada en todo el invierno y necesitábamos el agua pero ya era hora de que cerraran el grifo.
Me estaban empezando a salir escamas y creo notar un asomo de branquias cada vez que me miro al espejo. De ahí a tener a unos japoneses persiguiéndome con un arpón hay un paso.

El caso es que tengo varias cosas pendientes y si sigo con ésta galbana me da el verano sin publicar el detalle que les hice a los padrinos de mi hijo y a la madrina de mi marido para el domingo de Ramos.



Son las primeras galletas que hago sóla desde el curso que hice con Isabel y están, como veis, muuuuy mejorables. Si os preguntáis porque hay tan pocas os lo diré, me quedé corta en la preparación de la glasa y la cantidad que hice dio para lo que veis ahí. Fallos de principiante, seguro que la próxima vez me sobrará glasa como para pintar la cocina, como si lo viera...
Espero que os gusten y perdonéis los fallos que tienen.
A ver si a partir de ahora me sacudo la pereza, me pongo las pilas, publico más a menudo y os visito como os merecéis.


Tarta de limón y dulce de leche

Por fín vuelvo a la normalidad, después de la agotadora Semana Santa y unos días de absoluto caos de cajas, juguetes y dibujos animados chillones en el almacén de la tienda.
Que descanso la vuelta al cole y eso que mi hijo se porta bien cuando se queda conmigo en la tienda pero entre pinturas, coches, balones, barcos piratas y demás, ésto parecía la sección de juguetes del corte inglés después del paso de un huracán.

Estos días no he podido visitaros tanto como me gustaría pero es que no he parado en casa aunque supongo que no seré la única.

Hoy os traigo la tarta que preparé para mi cena de cumpleaños, ya va a hacer un mes, voy ligeramente atrasada colgando recetas, que desastre...

Una mousse de lemon curd sobre una base de masa quebrada aunque también podéis usar la típica base de galletas y mantequilla o una base de bizcocho, eso ya va en gustos.
He descubierto hace poco el lemon curd y me encanta, lo recomiendo a cualquiera que no lo haya probado. Intenté hacerlo casero pero resultó un desastre, sabía a óxido. Aunque ya he recibido consejos para que no me vuelva a pasar y la próxima vez que me anime a prepararlo si sale como es debido os lo enseñaré.




Ingredientes:
300 gr. de lemon curd
100 ml de leche
6 hojas de gelatina
400 ml de nata para montar
4 claras pasteurizadas
150 gr. de azúcar
Dulce de leche
Una plancha de masa quebrada

Recortar un trozo de masa quebrada del tamaño del molde o aro que vayamos a utilizar, pinchar para que no infle o ponerle un peso encima y hornear en horno precalentado a 180 durante unos 20-25 minutos hasta que se vea dorada. Reservar.

Remojar las hojas de gelatina en agua fría para que se hidraten. Mientras tanto poner a calentar la leche, cuando empiece a hervir apartar del fuego y disolver la gelatina hidratada en ella. Añadir el lemon curd y remover hasta que se integre todo. Dejar templar.

Montar la nata con el azúcar y montar las claras a punto de nieve. Mezclar las dos cosas con la crema de limón relizando movimientos suaves y envolventes. Primero la nata montada y después las claras.

Para el montaje de la tarta la base debe haber enfriado por completo. Colocarla en el fondo del molde, repartir una capa de dulce de leche sobre la base. Verter encima la mezcla cremosa de limón y llevar al frigorífico hasta que cuaje por completo, como mínimo unas cuatro horas.

Para la foto serví una porción con sirope de fresa pero os aseguro que sin él la tarta también está buenísima.

Aunque tarde os invito a un trocito de mi tarta espero que os guste.