Tarta "ligera" de manzana y coco

No sé si tenéis el mismo problema que yo a la hora de poneros a dieta pero personalmente no soporto ningún edulcorante, la sacarina, el aspartamo y demás son intragables, dejan un regusto que me resulta asqueroso, sólo los tolero en los refrescos de cola. Para colmo de males no toleran bien las altas temperaturas y amargan, por lo que hacer según qué cosas con ellos era imposible.

Oí hablar hace tiempo de la Stevia pero era difícil de encontrar y lo que había disponible eran las hojas de la planta, cosa que me resultaba complicado de utilizar.

Pero ahora en el mercado hay varios edulcorantes a base de Stevia que no dejan ese regustillo desagradable y que toleran el horneado, así que podemos preparar postres desahogando un poquito nuestra conciencia.
Para ésta receta yo usé unos de esos edulcorantes que viene en polvo con una textura muy similar a la del azúcar, la caja es blanca y verde y se encuentra fácilmente en cualquier supermercado, no doy el nombre para que no parezca ésto un spot publicitario pero creo que os será fácil de reconocer.

La tabla de equivalencias entre el azúcar y éste edulcorante la podéis encontrar en éste blog, es muy de agradecer el trabajo que se ha tomado y las diferentes pruebas que ha hecho.

 En el sabor final de la tarta no se nota para nada la ausencia de azúcar, está muy rica. No deja de ser algo para comer de manera esporádica pero es agradable darse un capricho sin sufrir luego los remordimientos





Ingredientes:
150 gr. de harina
50 gr. de coco rallado
80 gr. de edulcorante en polvo a base de Stevia
220 gr. de leche desnatada
1 huevo
3 claras de huevo
1 sobre de preparado de flan sin azúcar
1 yogur griego
1 kg. de manzanas
Mermelada de melocotón (opcional)

Se pelan, y se parten todas las manzanas menos una que se reserva para poner en la superficie de la tarta.
Se vierten en el vaso de la thermomix todos los ingredientes menos la manzana reservada y la mermelada de melocotón. Se tritura a velocidad 7 durante 1min. 30 seg.

Se vierte la mezcla en un molde redondo desmontable y se cubre con la manzana reservada contada en gajos muy finos.
Hornear en horno precalentado a 220º durante unos 40- 45 min. hasta que esté dorada por la superficie.
Si se quiere dar algo de brillo diluir la mermelada en un poco de zumo, pincelar por la superficie de la tarta y gratinar durante 5 min.


Luego no digáis que no os cuido.


Tarta de queso y chocolate

La de hoy es una tarta para los amantes del chocolate.
Me encantan las tartas de queso tipo americanas: horneadas, bien cremosas y densas. Pues ésta es una tarta de ese tipo con el plus de que lleva chocolate y cualquier cosa que esté rica, con chocolate lo está más.
Como estoy rodeada de una legión de chocolateros, cada vez que preparo un postre para lo que sea, siempre me ponen como condición que sea de chocolate y en mi búsqueda por variar y que el postre no sea siempre igual terminé dando con ésta tarta.
Cada vez que copio una receta tomo la precaución de apuntar su autora o procedencia para nombrarla pero ésta vez no lo hice y no tengo muy claro si la saqué de alguna página en inglés o de algún blog español, así que si alguien reconoce ésta receta como suya que me lo diga y me perdone el despiste.




Ingredientes:
Para la base:
240 gr de galletas
40-50 gr de mantequilla derretida
Una cucharada de cacao en polvo

Para el relleno:
500 gr. de queso crema
300 gr. de leche condensada
3 huevos
Una pizca de sal
1 cucharadita de vainilla
180 gr de chocolate
70 gr. de chocolate blanco.




Para hacer la base triturar las galletas con la cucharada de cacao y agregarle la mantequilla fundida. Hacer una mezcla homogénea y cubrir con ésta pasta la base de un molde desmontable.

Para el relleno batimos suavemente el queso, cuando esté cremoso añadimos la leche condensada poco a poco y sin parar de batir. Cuando esté integrada, echamos los huevos de uno en uno, esperar a que se incorpore en la crema antes de añadir el siguiente.

Sin dejar de batir echar la pizca de sal y la vainilla. Por último los chocolates previamente derretidos.
Verter la mezcla sobre la base e introducir en el horno precalentado a 150º durante una hora. Apagar el horno SIN ABRIRLO en ningún momento. Dejar que el horno pierda temperatura con la tarta dentro, como mínimo debéis esperar dos horas antes de abrir la puerta del horno. Lo ideal es dejar la tarta reposar dentro del horno toda la noche y por la mañana meterla en la nevera para que enfríe del todo.

Muy rica pero sólo apta para los muy golosos.


Tortos con picadillo y cabrales

Aquí estoy otra vez, después de unos cuantos meses de desconexión total aparezco de nuevo para retomar mi actividad bloguera.

En éstos meses he tenido poco tiempo para dedicarle al blog pero he de decir que también estaba algo desmotivada y sin ganas de ponerme frente al ordenador a colgar recetas. Soy de las que piensan que las cosas hechas sin ganas terminan mal hechas y para hacer algo mal mejor no hacerlo.
Afortunadamente esa etapa ya pasó y regreso con energías renovadas. Espero encontrar tiempo para publicar como mínimo un par de veces a la semana, para visitar y comentar en  los diversos blogs que sigo.

Para la vuelta al cole, a la rutina y al trajín diario después de las vacaciones, nada mejor que un plato contundente que nos cargue de energía como el que os traigo hoy: los tortos.
Una receta tradicional asturiana que de unos años a ésta parte parece que se ha puesto de moda pero que hace algunos años era poco menos que imposible encontrárselo en la carta de ningún restaurante. Menos mal que nos hemos sacudido la tontería de encima y platos como éste recuperan su sitio.

Cuando empecé a ver la combinación picadillo con cabrales, me pareció una burrada que dos sabores tan fuertes pudieran casar bien pero la verdad es que lo hacen. Es una mezcla muy rica y hasta parece que la cremosidad de la salsa de queso ayuda a equilibrar la grasa del picadillo ¿quién lo diría?

Con las cantidades que os doy salen 6 tortos de tamaño medio. Si queréis que os salgan más, aumentar las cantidades proporcionalmente

Ingredientes:

250 gr de harina de maiz
125 ml de agua templada
1 cucharadita de sal
Aceite para freír

Echar la harina y la sal en un recipiente. Ir echando el agua poco a poco hasta conseguir una masa que no se pegue a los dedos y que se pueda trabajar bien. No esperéis una masa elástica ya que al no tener gluten la textura es más bien tirando a arenosa.
Formar una bola con la masa, dejarla en el bol y cubrir con un paño húmedo. Dejar reposar en la nevera, yo suelo dejarla un par de horas. También podéis dejarla de un día para otro.




Coger porciones de masa, hacer una bola con ellas, colocarlas sobre el trapo húmedo y doblándolo sobre la bola de masa aplastarla dando forma al torto. Freir en abundante aceite caliente hasta que se doren por ambos lados.



Como acompañamiento yo los serví con picadillo y una salsa hecha con 75 gr. de queso cabrales y 200 ml de nata. La próxima vez aumentaré la cantidad de queso porque pecaba de suave.